La aplicación
Había una vez una aplicación llamada "Ponte a chatear" en la que hablaban personas que no se conocían de nada.
Un día un niño que se llamaba Juan vio que una persona desconocida le había mandado un mensaje, él sabía de sobra que sus amigas no tenían esa app, él decidió esperar por si era una persona con malas intenciones.
Al día siguiente le preguntó a todos sus amigos si se habían instalado la app y le habían mandado un mensaje, todos le dijeron que no.
Más tarde cuando llegó a casa le dijo a su madre que una persona con intenciones malas le había escrito.
Después le dijo su cuenta para que le denunciara y al final le denunció y descubrió que era un asesino en serie.
